lunes, 17 de agosto de 2020

Disipar

Contó hasta tres y no fue bastante. Se sentó para descansar y las algas adornaron sus esperanzas. La electricidad recorrió su boca y sintió dormida la lengua. La misma excusa de siempre pero con distinta máscara, no llames tranquilidad a la soledad, no ocultes a la cobardía en el laberinto del que no quiere salir. 

Y lo mejor que hiciste fue no pensar. Arrancar al miedo de tu mente y abandonar escenarios que se esfumaron tras tus primeras palabras. Una tras otra cayeron como pesados sentimientos que no te dejaban volar. Sin querer nada a cambio, ya estabas aliviado. 

Esperaste la visita de miles de lágrimas que no aparecieron. Quizás tus lagunas se secaron en pasados inciertos. Crees que el camino se despeja, pero sigue sin ser fácil caminar entre la niebla. 

Montado en la montaña rusa de tus sentimientos recuerdas la paz que una estabilidad incierta te proporcionó. Sabes que todo lo que venga será mejor, te lo dijo tu intuición ciega. 

Manos al cielo implorando una señal que te envía en forma de sonrisa. Susurros del alma adornando tus cicatrices y por fin consigues la verdad encontrada en abrazos insolentes.  No te asustes, solo es paz lo que sientes en tus latidos, no huyas, es solo la bondad que te besa aunque no tenga sentido. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario