miércoles, 12 de agosto de 2020

Insolente reverencia

 De nuevo has llegado aquí, a la soledad del jardín olvidado, a la transición del silencio en melancolía, a la locura convertida en arrepentimiento. Sal de la frontera que oculta tus más profundos sentimientos y abre tu baúl donde guardas todo aquello que se ha vuelto tóxico. 


Mira mis labios queriéndote hablar. Mira mi corazón como se oculta entre nubes. Lucha de titanes en mi cabeza donde solo puede reinar la verdad, aquella que antaño fue desterrada. 


Que profunda danza triste has conseguido inventar. Lamento tus sentimientos. Ni en un rincón a solas podrás llorar y eterno será tu sufrimiento. Y qué culpa tendrá nadie de que en tu pecho habite un corazón. Sin maldad ni  armas ha salido a pasear, pero alguien lo ha debido secuestrar. 


Deja tu alma apollada en aquella silla. Conmigo no la vas a necesitar, pues ya me siento muerto en vida y vacío me vas a encontrar. Luna creciente que siempre traes bonitos recuerdos, esta vez no preguntes por mí, pues me pierdo en la noche. Pienso en la soledad oscura y siniestra abordando mis sueños y solo acepto mi castigo pues de errores he empedrado mi camino y por ahí debo volver a pasar. 


Maldita la hora divina que un sueño me viniste a regalar. Ahora que todo ha acabado, ahora que ya no puedo jugar. Silencia los llantos de una cruel traición y entona lo que siempre has sido, un vulgar ilusión. 


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