jueves, 20 de agosto de 2020

El último truco de magia

 Había una vez un mago que iba de pueblo en pueblo presentando su espectáculo. No llevaba escenario ni conejos en la chistera. No utilizaba aros ni Barajas de cartas encantadas. Solo una vieja bolsa de cuero en la que guardaba todo lo que necesitaba.


Entró a la plaza de aquel desconocido pueblo y se acercó a una anciana que permanecía sentada en un banco. Se presentó como el mejor mago del mundo y la incredulidad volvió a responderle. "Señora, puedo conseguir lo que más desee con solo pedirlo". Dijo el mago mientras miraba en lo más profundo de los ojos de la anciana. "Quiero volver a tener 25 años" contestó sin pensar.


 - Cierra los ojos y respira muy profundo - el mago colocó una venda en los ojos de la anciana - solo ves oscuridad, todo está negro. Pero ¿Qué es eso? Una pequeña luz se acerca a ti y te toca la mano, es calentita y agradable. Poco a poco se hace más grande, no tengas miedo. De pronto, se ha hecho tan grande que ocupa todo el espacio y te encuentras en la plaza del pueblo y tienes 25 años. ¿Qué ves?

 - No, no puede ser - balbuceó la anciana- allí está la vieja tienda de Pepe... Y mira, es el tendero con esas pipas que tanto me gustaban y.... ¡Oh Dios mío! Allí está mi familia. Mi padre, mi madre, mis hermanas y mi abuela. Había olvidado sus rostros y puedo verlos - un incesante río salado brotó de los ojos de la anciana - Dios mío, los estoy abrazando y recuerdo su olor, ¡Sus voces, vuelvo a oír sus voces! 

La anciana no podía ser más feliz. Se quitó la venda, miró al mago con toda la gratitud que podía albergar en sus ojos y le preguntó "¿Quién eres?" 

- Soy la muerte. Tu tiempo en la tierra se ha acabado y he venido para mostrarte dónde vas a ir y toda la gente que te está esperando. No tengas miedo, te prometo que todo será rápido.

La anciana miró a su alrededor y solo vio soledad. Ya no le quedaba nadie en esta vida y sabía que este día tenía que llegar.

- Te he estado esperando - dijo la anciana con su dulce sonrisa de siempre.

Ambos entraron  en la casa de la anciana cogidos del brazo. Solo el mago salió...



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