Se lamentó de las heridas y se planteó si había merecido la pena. Pero la realidad le golpeó con insistencia para que viese que no había mas salidas.
Le robó la coherencia a la locura y contuvo la crueldad de la felicidad. Solo fue un acto bienintencionado con resultado dispar. Le costó quitarse el disfraz de maldad, ese que su mente había inventado, ese que nadie podía tocar.
Poco a poco la piedra se desintegra al contacto con el martillo. Poco a poco vencedor destruye al vencido. Poco a poco mi alma se deshace con tu imagen. Poco a poco dejo de ser cobarde.
Y como le pides al viento un deseo infinito. Entre sus sueños favoritos he guardado una canción, para que la escuche mientras viaja y la guarde en tu corazón.
Escribes muy bien me gusto mucho tu escrito
ResponderEliminarMuchas gracias por tus bonitas palabras
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