jueves, 27 de agosto de 2020

Luna

 La luna le pidió permiso al agua para mirar en su reflejo. El agua, sorprendida por tal petición aceptó. La luna, con un hechizo en la mirada observó durante horas su silueta. El agua, incómoda por sentirte altamente observada removió su superficie sacando a la luna de su trance. La luna, radiante y brillante como pocas veces al año salió de su letargo y pidió disculpas. El agua, plácida y calmada como tantas veces preguntó a la luna.


 - Luna, tú que eres el referente en el cielo nocturno. Madre de todas las estrellas que bailan a tu alrededor sin miedo ninguno. Sueño e inspiración de artistas y soñadores, princesas y faraones. ¿Por qué quieres mirarte en mi superficie?

- Agua. Tú que eres trasparente al sentido más primario, no sientes la presión de las miles de preguntas, los hechizos que me adjuntan y los deseos que me abruman. Siempre rodeada de miradas, busco una explicación a la más infinita de las preguntas.

 - Luna, tu cuerpo refleja la luz de una estrella. Eres referente entre la bruma y la tiniebla y haces que tiemblen mis mareas. Cómo dudas de tu magia infinita si hasta el ser más poderoso de la tierra sueña con poder vivir refugiado en tus laderas.

- Agua. Tú que albergas vida en tu existencia. Que cambias de estado según tú inercia y que eres fuente de deseo sin distinción de inteligencia. ¿Cómo puedo sentir consuelo si veo almas en la distancia y solo puedo anhelar lo que nunca voy a poder atesorar porque soledad es lo que  siempre voy a abrazar?

 - Luna. Miles de civilizaciones has inspirado. Todas te han rezado y miles de esperanzas has albergado. Tu sola presencia nos seducen y miles de estrofas te bendicen. No sientas envidia ni soledad pues tienes lo más importante que siempre ha movido a la humanidad. Sus sueños. 



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