jueves, 6 de agosto de 2020

Rendido a la tormenta

Sucedió hace tanto tiempo que la memoria debe recorrer un largo viaje entre las brumas que la estela de los recuerdos deja. Tan larga es la distancia y tan grande es el olvido que solo el vértigo es capaz de recorrer la distancia que el abismo sin ti produce en mi alma. 

Suave parece la brisa que predice la llegada del huracán. Sentado en el centro de la tormenta veo tu recuerdo pasar. No puedo controlar mis movimientos y alargo mi mano en busca de tu esencia. Solo encuentro el humo que desaparece al soplar tu nombre. 

Ya está bien porque no puedo más. Estoy cansado de tapar mis alas, estoy harto de cubrir mi cara con velos que me ocultan la verdad. Vuelvo a decir basta sin que el miedo engrillete mis sentidos. Ahora mis lágrimas serán de orgullo.

Siento como mi piel se desprende de la dura armadura que la ha estado cubriendo. Sabor amargo que recuerda la dulzura de tus besos y dejo de recordar cómo era el camino para descubrirlo caminando.

Rendido a los pies de tu mirada, siento tu caricia aletear en mi cara. Cierro los ojos y nada enturbia tu sonrisa. Dibujas un arcoiris en mis pupilas y sé que la tormenta ha pasado, he llegado al destino, que son tus abrazos que curan mis pesadillas.

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