sábado, 31 de octubre de 2020

Abuelo

 El pequeño Pablo se sentía cohibido por tanta gente mayor con rostro serio, por tanta lágrima en el rostro pétreo de su padre y por aquel olor tan rancio del hospital. Sabía que algo pasaba cuando llevaba tantos días sin ver a su abuelo. Con él pasaba las tardes cada día desde que había nacido y ya nunca iba a su casa.

Su madre lo cogió  del hombro y le preguntó si quería ver al abuelo. Él asintió sin pronunciar palabra. No se atrevió a hablar. La puerta de la habitación 17 se abrió y allí estaba su abuelo, acostado en una enorme cama y abrazado por máquinas que no dejaban de pitar y encender y apagar luces. 

- Hola campeón. ¿Cómo está mi niño favorito? - dijo el abuelo mientras la madre se marchaba cerrando la puerta para dejarlos solos.

- Hola abuelo. ¿Qué te pasa, por qué estás en esa cama?

- Estoy malito y me tienen que cuidar.

- ¿Te vas a morir? - preguntó Pablo con la sinceridad que solo un niño puede tener. 

- Así es Pablo. Estás aquí para que nos podamos despedir - a Pablo le gustaba hablar con su abuelo porque era el único que no le mentía y le decía las cosas de forma que lo pudiese entender. Pablo empezó a llorar - No quiero que estés triste mi niño. He tenido una vida muy larga y agradezco poder recordar a todos y cada uno de mis seres queridos. Ahora Pablo, quiero que me escuches atentamente, quiero darte unos consejos que te servirán toda la vida.

- Abuelo, no quiero que te mueras - dijo Pablo llorando.

- Sé fuerte cariño, supera todas las adversidades y que la debilidad no se apodere de tí; pero que no te impida llorar. Se noble, la justicia es la luz que guiará tu camino alejado del precipicio de la vanidad. Nunca abuses de tu poder, habrá gente que dependa de tí y debes ser un guía en su camino, no convertirte en un trauma que hará una mueca en su piedra de miedos insuperables. Trata a tu pareja como te gustaría que te tratasen a tí. Debe ser una extensión de tu cuerpo y no una boya donde descargar toda tu ira para mantenerte al flote. Busca la amistad verdadera y cuídala. Es un tesoro difícil de encontrar pero que solo te puede reportar beneficios a tu alma. Ahora sal ahí fuera, donde te espera la vida y haz que me sienta orgulloso de ti.

Pablo salió con lágrimas en los ojos. Nunca más volvería a ver a su abuelo. Pero estaría presente en cada una de sus decisiones 




No hay comentarios:

Publicar un comentario