miércoles, 28 de octubre de 2020

El fabricante de sueños

 Lolo miró a su alrededor y vio a todo el mundo entretenido con sus sueños. Algunos más grandes, otros más valiosos. Unos más efímeros y otros muy cercanos. Pero él no tenía ningún sueño entre sus manos. Intentó conseguir alguno de sus amigos que ya no quisiesen, pero los sueños son algo demasiado personal y nadie se deshace de ellos. 

Lolo decidió contar su enorme problema a la persona más sabia que conocía, su abuela. Recibido a besos como siempre, le contó su problema sin ambages. Su abuela lo abrazó y le dijo que debía viajar a tierras lejanas, allí donde los sueños se fabricaban. Sin saber muy bien de lo que hablaba, escuchó la historia sobre una lejana montaña donde residía el fabricante de sueños. 

Con dudas pero con la certeza del destino correcto, Lolo puso rumbo a sus pasos y después de mucho sufrimiento llegó a la cima de aquella escarpada montaña. Abrió la enorme puerta y un golpe de tremendo calor, provocado por las incontables fraguas que allí funcionaban, aturdieron a Lolo.  Encontró a un menudo hombre corriendo de un lado para otro  moviendo palancas, pulsando botones y mirando niveles. Lolo se acercó y el menudo hombre dió un respingo ya que estaba tan centrado en su trabajo que no se había dado cuenta de su presencia. Sin dejar hablar a Lolo le dijo "ve arriba, allí está el jefe".

Lolo subió unas delgadas escaleras de hierro y abrió una elegante puerta de madera que estaba entornada. Dentro había un hombre de gran tamaño y gesto serio que lo miraba con ojos penetrantes.

- Buenas tardes. Qué desea - le dijo sin hacer el más mínimo gesto.

- Me llamo Lolo y venía por un serio problema que me aflige. No tengo sueños. Todas las personas que conozco tiene como mínimo uno y quería saber si ha habido algún error con mis sueños. 

- No hace falta que te presentes. Sé quién eres y llevaba un tiempo esperando tu visita. El problema no es que no tengas sueños, es que tus sueños son demasiado valiosos y sólo tú puedes llevarlo. 

- ¿Sueños valiosos?

- Sí. Tus sueños son muy especiales y son como un puzzle que se pueden juntar haciendo un sueño único e irrepetible. Si miras detrás de esa puerta, tendrás todos tus sueños formando un gran sueño.

Lolo se acercó a la puerta temblando por los nervios y la ansiedad. Abrió la puerta y al otro lado pudo ver a una muchacha de increíble belleza, con un universo encerrado en sus ojos y con la viveza que solo una gran inteligencia puede dar. Lolo sintió una conexión inmediata y por primera vez en su vida supo lo que era estar completo. 

- Enhorabuena Lolo. Ahí tienes tú sueño. Ya puedes vivir en paz.



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