viernes, 9 de octubre de 2020

La verdad de Lucas

Lucas era un bebé bañado con las aguas de la inocencia. Su belleza era incomparable y todo el mundo lo paraba para regalarle bonitas palabras adornadas de admiración. Sus primeros años fueron goteando por el calendario y su madre empezó a notar que era diferente al resto de los niños. Decía todo sin pensar y por mucho que le hablaba de la buena o mala educación, Lucas no entendía y sus palabras seguían sin llevar una medida de contención. 

Una mañana soleada de primavera, lucas y su madre vieron a unos vecinos paseando por la calle cogidos de la cintura. Se pararon a saludar cortésmente y hablaron del tiempo. Entonces lucas le preguntó a su madre "mamá, ¿Por qué anoche llegó este hombre a su casa cabreado y dándole golpes a su mujer y hoy están abrazados y paseando? ¿Han hecho las paces?" La vecina, avergonzada, se tapó los moratones que asomaban por sus brazos y salió corriendo intentado disimular unas lágrimas. "Niño del demonio" gritó el hombre antes de correr tras su mujer. 

Esa misma mañana, se cruzaron con el viejo gruñón que siempre le gritaba a los niños que jugaban en su calle o le pegaba con la garrota a su perro por tardar un segundo en acudir cuando lo llamaba. La madre de Lucas se paró a preguntarle cómo estaba pues habían sido vecinos durante muchos años. Lucas interrumpió la conversación y preguntó a su madre "mamá, ¿Este señor está siempre cabreado porque todo el día está solo y nadie le quiere? Me da un poco de pena pero también me da miedo cuando grita". El viejo gruñón no dijo nada, solo se puso tan recto como su vieja espalda le permitió y se fue intentando desprender un poco de orgullo. 

Un poco más tarde, se cruzaron con una vecina muy grande pero de movimientos ágiles. Tenía una voz potente y aguda que la hacia inconfundible a mucha distancia. Se acercó a la madre de Lucas y empezó a criticar sin motivo a otra persona que no estaba delante. Marcos se dio cuenta de que su madre no se sentía cómoda y preguntó "mamá, ¿Por qué esta mujer crítica a todo el mundo que conoce, incluso a ti cuando no la ves? ¿Es porque no es feliz en su vida y necesita sentir que los demás tampoco son felices?" Las mujer gritó "pero será posible" y se metió en su casa para mirarlos desde la ventana. 

Al llegar a casa, la madre de Lucas le regañó por decir todas esas cosas y le dijo cómo debía comportarse delante de la gente. Lucas contestó que no la entendía, porque le estaba pidiendo que aprendiese a ser como todo esos vecinos que tenían unos defectos tan feos. La madre de Lucas no dijo nada más, solo lo abrazó intentando que nunca desapareciese esa parte inocente de él. Con los años, los vecinos dejaron de acercarse a él por decir la verdad que sus ojos veían. Lucas aprendió que la gente siempre prefiere una sonrisa mentirosa que una verdad sin adulterar.




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