sábado, 3 de octubre de 2020

La llave a tu universo

 Marta era una niña que se había criado valorando solo lo material. Cuanto más y más caro mejor. Apenas jugaba con sus juguetes por no estropearlos y así poder presumir ante sus amigos de la colección tan perfecta que tenía. 

Su abuelo, cansado de ver todo lo que su nieta se estaba perdiendo, se la llevó una tarde de lluvia a saltar en los charcos. ¿A que niña no le iba a gustar eso? Marta puso cara de asco y se negó a manchar sus botas de agua de una prestigiosa firma. En otra ocasión, su abuelo le regaló una enorme y preciosa casa de muñecas hecha con sus propias manos. No le faltaba detalle y hasta hizo algunos muebles él mismo. Marta le pidió el ticket para ver lo que había costado. Al no tenerlo guardó la casa en el garaje junto con los trastos viejos.

El día más esperado para Marta era el de su cumpleaños. Habría muchos regalos y todos para ella. Esa mañana, su abuelo la llamó y le dijo que tenía el mejor regalo que nunca podría imaginar, pero que si lo quería debía ir a su casa a recogerlo. Marta acudió rauda y por el camino iba divagando sobre qué podría ser. 

Nada más llegar a casa de su abuelo, éste la sentó en una mesa y fue a buscar el regalo. Le entregó una caja pequeña envuelta con un elegante papel de regalo y un precioso lazo rosa. Marta tenía la certeza de que era una joya y con mucho ímpetu lo abrió. A Marta le dieron ganas de llorar cuando vio un simple lápiz dentro de aquella preciosa caja. Reprimiendo las lágrimas, miró a su abuelo y le preguntó si era una broma, a lo que su abuelo respondió.

- No es una broma cariño. Este lápiz es el regalo más maravilloso del mundo. En su interior está escondido todo lo que puedas imaginar. Es la unión entre tú imaginación y el mundo real y solo debes aprender a usarlo. 

- Es un simple lápiz, ¿Como puede hacer todo eso?

- Te lo voy a demostrar. Coge un folio de esa mesa y ahora voy a dibujar un perro con cola de sirena, lengua de serpiente y alas en vez de manos. Aquí lo tienes - los dos empezaron a reír al ver el resultado.

- Ahora yo. Voy a dibujar un delfín con trompa de elefante, joroba de camello y barba de rey mago - ambos se estaban divirtiendo mucho e hicieron varios dibujos. No paraban de reír.

- Pero esto no vale solo para reír. También vale para atar tus sentimientos más tristes y sacarlos fuera de ti para sentirte mejor. O para que tus pensamientos más alegres tomen forma. 

- ¿Cómo?

- Voy a escribir cómo me sentí el día que murió la abuela. Lo escribo todo sin pensar. Dejo que el lápiz conecte conmigo y escribo y escribo y aquí tienes. Éste es el resultado - Marta leyó lo que había escrito el abuelo y no paró de llorar hasta que no terminó de leer - ¿Quieres probar tú?

Marta escribió sin pensar varias líneas y al terminar, lo leyó. Se sorprendió al ver que bonitas eran sus palabras. Luego escribieron chistes y locuras que se le ocurrían. Guiones de cine y obras de teatro para luego jugar con sus muñecos. Una mañana maravillosa. 

Al finalizar el día. Marta se acostó recordando todos los regalos que le habían hecho. Miles de euros adornaban ahora las paredes de su dormitorio. Pero sin duda, el regalo más maravilloso  que nunca había recibido era un lápiz con el que poder hacer realidad su imaginación. 



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