Segundo tras segundo me regalas momentos maravillosos que jamás quiero olvidar. Te nombro rey de mi reino y me encanta verte mandar. Diminuto cuerpo con un gran genio que impone su voluntad siempre que puede, siempre que quiere.
Jugamos y jugamos y nunca nos cansamos. El más simple de los objetos es un gran tesoro que escondemos en el desconocido territorio que hay tras el sofá. Te hago reír y me regalas tu alegría. Te cojo en brazos y tu frente encuentra refugio en mi cuello. Intentas devolverme los besos y consigo un reguero de saliva en mi mejilla que no cambiaría por nada de este mundo. Perdona que te acaricie tanto mientras duermes, es mi momento favorito de la semana.
Y llega la hora, maldita hora. Me subo al coche y tu felicidad desaparece. Mis palabras te hablan de alegría, pero mis ojos enmudecen. Te abrazo y no me quieres soltar. Te beso y guardo mi corazón entre tu piel. Tu rostro inexpresivo no comprende por qué me voy y por un diminuto espejo miro tu rostro al verme partir. Escucho el crujido de mi corazón al tener que alejarme de ti. Instantes tiránicos que se vuelven eternos y que se clavan tan profundos. Pero cada segundo que pasa me vuelve a acercar a ti de nuevo. A tu risa, a tu alegría, a mi corazón. Pronto regresaré a ti, pronto te volveré a decir "te quiero"
Precioso ....sin palabras
ResponderEliminarMuchas gracias
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